¿Qué pasó con
La Hija del Gigante Helado?
En marzo de 1934, en la revista The Fantasy Fan apareció un relato escrito por R.E. Howard llamado “The Gods of the North”, protagonizado por un tal Amra de Akbitana. Lo que nadie sospecharía entonces, es que esta historia había formado parte de la mitología de Conan en su primera versión.
A pesar de no haber visto la luz hasta el año 1934, éste fue uno de los tres relatos iniciales escritos por Howard en 1932, protagonizados por el cimmerio, pero que, por alguna clase de criterio, fue descartado por aquel magazín que sería el principal escaparate de nuestro bárbaro: la revista Weird Tales.
Dado que Howard aprovechaba al máximo todo su material, no era raro que las historias rechazadas fueran reescritas o recicladas para crear otras, y “The Frost Giant’s Daughter” (como era llamado originalmente) no fue ninguna excepción. Pasó a ser “The Gods of the North” con algunos cambios y un nuevo protagonista, Amra de Akbitana, que es posible que nos suene, ya que los negros kushitas llaman así al cimmerio: Amra el León.
Primera página de The Fantasy Fan en el que aparece el relato «Gods of the North» en marzo de 1934.

¿De qué va esta historia?
Tal vez fuese por su brevedad, tal vez por su temática… no lo sabemos, pero lo que sí, es que tiene una prosa de muy alto nivel que es, en ocasiones, hasta poética. En este relato, Howard hace alarde de su conocimiento de la mitología escandinava y clásica, y combina ambos elementos para dar como resultado una creación única:
Conan, tras una batalla en la que queda como único superviviente, tiene la visión de una preciosa joven (Conan… mujeres… imposible…), la cual le provoca e incita a que la persiga. El bárbaro, hechizado de amor, va tras su rastro, pero… ¡oh, sorpresa! es asaltado por dos gigantes de la escarcha: los hermanos de la chica. Tras un breve combate, el cimmerio acaba con sus enemigos y se dispone a cobrarse su presa, pero ésta, asustada e incapaz de escapar, es atrapada por el bárbaro norteño (en realidad, en este relato es en el único en el que Conan es considerado un hombre del sur). Tras intentar forzarla, la mujer se zafa e invoca a su padre, Ymir, dios de las heladas, el cual la rescata, y Conan cae desmallado, permaneciendo así hasta que es encontrado más tarde por sus compañeros.
A grandes rasgos, esta viene a ser la historia. No sería más que la versión hyboria de Apolo y Dafne. En este caso, ambos personajes, hechizados por flechas lanzadas por Eros, participan en una persecución en la que el dios hostiga a la ninfa, y cuando ésta es atrapada, invoca a su padre, Ladón, que la convierte en un árbol de laurel. En fin, el amor imposible por el que todos habremos pasado.
Este excelente relato, en el que parece que leemos verdadera mitología, nos regala algunos párrafos que son auténticas joyitas:
“—Tú, hombre —dijo—, dime tu nombre, para que mis hermanos de Vanaheim sepan quién fue el último de la banda de Wulfhere en caer ante la espada de Heimdul.
—No será en Vanaheim —gruñó el guerrero de pelo negro—, sino en Valhalla donde contarás a tus hermanos que conociste a Conan de Cimmeria.”
Pura épica…
Las versiones del relato con Conan como protagonista
Pese a su calidad, el relato quedó olvidado, hasta que, en la década de 1950, L. Sprage de Camp (hablamos de él aquí) se hizo con tres historias rechazadas por la Weird Tales (ni que decir que una de ellas es nuestra protagonista), las cuales reescribió, pero fueron revisadas una segunda vez antes de ser editadas bajo el sello de Lancer Books en 1969, mostrando una versión algo más parecida a la original de Howard.
La interpretación de la historia hecha por De Camp fue la más extendida y leída, dada la popularidad de la colección de Lancer Books (recordemos que Bruguera la publicó en España) y es la que más ha permanecido en el imaginario colectivo, siendo, además, trasladada a los comics una primera vez en el número 14 de Star-Studded Comics como “Gods of the North”, y más tarde en Marvel, en su colección “La espada Salvaje”, y también en “Conan the Barbarian” con el dibujo de Barry Smith. Ya más en el presente, la tenemos versionada por Dark Horse y por Ablaze Comics.



Pero a pesar de la popularidad de esta historia y de su comercialización, su primer manuscrito, es decir, la historia original que Howard había tratado de publicar en Weird Tales, nunca había visto la luz. Como contamos en el artículo dedicado a las versiones (puedes leerlo aquí si estás interesado) Karl Edward Wagner tuvo el propósito de publicar el material de Howard sin manosear. Los textos puros del escritor texano.
Así que, en el año 1989 y de la mano de Tor Books, Wagner publicó un libro llamado Echoes of Valor II, que, junto a su número primero, era un recopilatorio de historias de fantasía. Aprovechó esta publicación no solo para sacar a la luz la primera y original versión de la historia “The Frost Giant’s Daughter”, si no también su “clon” “The Gods of the North” protagonizada por Amra, precedida por una introducción explicativa que reza de la siguiente forma:

«Los dos relatos siguientes son prácticamente iguales: “La Hija del Gigante Helado” es una versión posterior de “La Hija del Rey Helado”, revisada por Robert E. Howard para convertirla en una historia de Conan. Así que, si eres un lector ocasional, omite la primera versión y lee únicamente “La Hija del Gigante Helado”. Pero si eres un verdadero aficionado a la fantasía heroica, sigue leyendo. Es algo bastante curioso.»
Lo que se sabe actualmente es que “La Hija del Rey Helado” (la también llamada “The Gods of the North”), es la versión reescrita por Howard para ser publicada en The Fantasy Fan, pero desde luego, en lo que sí acierta es en que son prácticamente iguales.
Así que, algo que fue escrito en 1932, no vio la luz tal y como fue concebido hasta 1989. Increíble pero cierto.
Nosotros en Portal hemos mantenido el título con el que fue publicado el relato en The Fantasy Fan (1934), “Dioses del Norte”, pero el contenido es el original de Howard escrito en el 1932. No hemos usado el nombre original, ya que nunca fue publicado de esa forma hasta el pastiche de De Camp. Cosas que pasan…
¿En qué posición está este relato en cuanto a la cronología del cimmerio?
Pues, aunque pueda parecer extraño, en realidad, no está especificado en ningún sitio. Si recordamos la carta que Howard le envía a Miller (con diferencia el documento más ilustrativo de lo que pudo ser Conan al completo) nos dice que, tras los asaltos a Venarium en los que Conan era prácticamente un adolescente muy joven (ni quince nevadas, por lo que nos cuenta en la historia de “Más allá del Río Negro”), su primer viaje fue hacia el norte y no hacia el sur. Pero más tarde comenta que el bárbaro, a lo largo de su vida, regresa a Cimmeria en alguna ocasión. El tema no está muy claro. Algunos la consideran la primera historia en la vida de Conan escrita por Howard, otros la sitúan como más posterior.
Desde luego, esas famosas introducciones que aparecen en los libros de Lancer como ésta:
“Harto de la Civilización y su magia, Conan regresa a su Cimmeria natal. Sin embargo, tras un par de meses de fornicación y bebida, siente una inquietud suficiente como para unirse a sus viejos amigos, los aesir, en una incursión en Vanaheim.”
son bienintencionadas, con el fin de darle un sentido narrativo a la historia, pero, mal que les pese a muchos, es pura invención. Howard nunca escribió eso.
Hacer una cronología de los relatos de Conan puede ser muy complicado, estando llena de matices y detalles, y cada cual que los lea puede darle a la historia un sentido u otro. Nosotros, más adelante, trataremos de darte una, ya que tenemos nuestra idea particular, pero ¿cuál es la tuya?

Miguel González Monje
«Cuando no tengo nada que hacer, escribo cosas…»
Muy interesante el artículo, tengo la edición de Conan de Timunmas y estoy a la espera de que me llegue vuestra edición y ver las diferencias.
Un saludo y quedo a la espera de artículos tan interesantes como éste.